miércoles, junio 28, 2006

A Mis Dos Pasiones: Mi Baby & El Dixie (Y Viceversa)



Louis Armstrong, 'Everybody Loves My Baby', 1942.
Everybody loves my baby
But my baby don't love nobody but me.
No, nobody but me.
Oh, everybody wants my baby
But my baby don't want nobody but me.
That's plain to see.

Dixieland: Los arreglos de dixieland usualmente incorporaban una sección rítmica que combinaban una batería, un contrabajo, un banjo y una guitarra; los intrumentos solistas usualmente eran trombones, trompetas o clarinetes (N.del E.: el uso del pretérito imperfecto es justificado; se trata de un género musical prácticamente caído en desuso, del cual no existen muchas nuevas composiciones). El sonido dixieland primordial ocurre cuando un instrumento (generalmente, una trompeta) realiza un solo y otros dos improvisan alrededor de esa melodía, gestando un sonido que, aunque muy rítmico, sugiere un aparente caos. Mientras tuvo vigencia -entre 1920 y 1940, aproximadamente- este sonido se distinguió del swing de las big bands, de la melodía monotónica del bebop y del énfasis de pianos o guitarras del rag.

[Y right after that, mis manos, recorriéndote, improvisando sobre tus clavijas, entre susurros 'cause my baby don't love nobody but me, cerrando los ojos y llevando el ritmo con un pie, el día en que me volví negro y hasta quise bailar tap]

lunes, junio 26, 2006

Via Oblivio (Way To Forgetfulness)


Donde habite el olvido, / En los vastos jardines sin aurora; / Donde yo sólo sea / Memoria de una piedra sepultada entre ortigas / Sobre la cual el viento escapa a sus insomnios. / Donde mi nombre deje / Al cuerpo que designa en brazos de los siglos, / Donde el deseo no exista. / En esa gran región donde el amor, ángel terrible, / No esconda como acero / En mi pecho su ala, / Sonriendo lleno de gracia aérea mientras crece el tormento. / Allí donde termine este afán que exige un dueño a imagen suya, / Sometiendo a otra vida su vida, / Sin más horizonte que otros ojos frente a frente. / Donde penas y dichas no sean más que nombres, / Cielo y tierra nativos en torno de un recuerdo; / Donde al fin quede libre sin saberlo yo mismo, / Disuelto en niebla, ausencia, / Ausencia leve como carne de niño. / Allá, allá lejos; / Donde habite el olvido.
...............................................[[Luis Cernuda, Sevilla 1902 – México 1963]

(Eso sí, las cursivas azules son mías)
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martes, junio 20, 2006

Mar Breve


Levanto los ojos y te veo entrar a mi mundo azul y mudo cada mañana, en un brote de espuma (floral, floral). Doblas el pie y me tocas, apenas. (Adoro tu piel tibia, cuyo calor engullo. Te erizo poro a poro con el meticuloso abrigo de nuestra complicidad, cotidiana y líquida...). Giras, te arqueas, rotas, cortas con gracia movimientos. Te siento divina (pagana, humana, piel, hiel, miel). Asciendo solo, hacia el olor original, primitivo (a donde pertenezco: a ti). Llego. Te beso toda, largamente. Por mí sonríes. Una burbuja busca el cielo.

jueves, junio 01, 2006

Mi país vecino


Somos como dos países. Cada uno lleva su propia idiocincrasia, traumas y convulsiones. Tenemos extraños intercambios culturales, como signos perpetuos, descifrables solo para nosotros. Hermandad diáfana y solemne; fauna variada, indomable. Hechos comunes y similares, que alegran o entristecen nuestras conversaciones de tardes cortas, que añoro fuesen largas.
A pesar del cariño tácito, nos preocupamos cada quien por el bienestar del otro y las palabras sobran cuando el sentimiento es envolvente. La línea invisible que nos limita, se convierte en un sólido hito de respeto silencioso. Eres mi país vecino, con tus virtudes y dilemas; con tus logros y metas; con tus canciones y folklore; con tu sonrisa calmada; con tus lágrimas ocultas y tu amistad eterna.
hp, Junio 2006