martes, octubre 10, 2006

Inconcluso


Aquella tarde, a causa del viento, no pude ver desde el malecón esas manchas que parecen surgir sobre el mar y que tanto me recordaban los lunares tenues que se dibujan sobre tu espalda. Atribuí al viento el contratiempo y pensé, confortado, que quizás algunas manchas se habían empezado a desvanecer en el instante que me dijiste -wishful thinking- que siempre te ibas a ocupar de mí y de mis camisas celestes.

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