Levanto los ojos y te veo entrar a mi mundo azul y mudo cada mañana, en un brote de espuma (floral, floral). Doblas el pie y me tocas, apenas. (Adoro tu piel tibia, cuyo calor engullo. Te erizo poro a poro con el meticuloso abrigo de nuestra complicidad, cotidiana y líquida...). Giras, te arqueas, rotas, cortas con gracia movimientos. Te siento divina (pagana, humana, piel, hiel, miel). Asciendo solo, hacia el olor original, primitivo (a donde pertenezco: a ti). Llego. Te beso toda, largamente. Por mí sonríes. Una burbuja busca el cielo.
martes, junio 20, 2006
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1 comentario:
No nades tan profundo.. porque te ahogas...
Muy bueno....
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