jueves, julio 06, 2006

Línea A

Una noche hubimos de soñar lo mismo. Dormida, tocaste mi cabeza con la tuya y la conexión fue inevitable. Estábamos en el subte y, entre el tumulto y el ruido, apenas te oía hablar. Tomaste la cámara de fotos cuando llegábamos a una estación y de pronto volteaste diciendo "¡Eso es!... ¿sientes el olor?". ¡Click!.


Ayer tarde me dolía terriblemente el hombro izquierdo (no sé quién me manda a hacer ciertas cosas). Busqué algo con qué frotarme entre las cosas de mi cajón y, revolviéndolo todo, surgió una foto amarillenta. La volteé, reconociendo tu inequívoca caligrafía de niña chiquita; habías puesto "Me gusta el olor a madera de estos vagones. Ojalá no los cambien nunca".

En un arrebato inexplicable fui hasta la mesa donde tengo el computador y lo encendí. Entré a la web apresuradamente y cliqueé para ir a la dirección donde Carlos aloja su blog. Leí.

"Me gustó el olor a madera de estos vagones." -decía- "Ojalá no los cambien nunca".

Fue entonces cuando también tú empezaste a dolerme.

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1 comentario:

Anónimo dijo...

..."y si, si me gustan los vagones de la linea "A"...