.
Pero en tu planeta tan pequeño, te alcanzaba con correr tu silla algunos pasos. Y mirabas el crepúsculo cada vez que lo deseabas...
.
- ¡Un día, vi al sol ponerse cuarenta y tres veces...!
.
Y un poco más tarde agregabas:
.
- ¿Sabes?... Cuando se está tan triste a uno le gustan las puestas de sol...
.
- El día de las cuarenta y tres veces ¿estabas entonces muy triste...?
.
Pero El Principito no respondió.
.
viernes, agosto 28, 2009
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario